En el corazón del semidesierto de Guanajuato, Casa Negra surge como un santuario de paz, alejado del bullicio y rodeado por la serenidad del paisaje árido. Este proyecto se concibe como un refugio familiar, donde la arquitectura y el entorno se entrelazan para ofrecer una experiencia de tranquilidad y conexión con la naturaleza.
Diseñada en un solo nivel, la casa apuesta por una distribución clara y eficiente. La planta revela una disposición lineal, donde los espacios comunes y privados conviven en perfecta armonía. La sala, el comedor y la cocina comparten un área abierta que se convierte en el corazón social de la vivienda, mientras que las habitaciones están dispuestas de manera estratégica para ofrecer privacidad y comodidad.
El exterior destaca por su fachada oscura y sobria, un volumen limpio que se integra al entorno semidesértico sin pretensiones. Los grandes ventanales permiten la entrada generosa de luz natural, creando un contraste entre el exterior austero y un interior cálido y luminoso. Los muros gruesos y los materiales elegidos contribuyen a regular la temperatura, adaptándose a las condiciones extremas del clima.
Más que una casa, Casa Negra es un refugio pensado para disfrutar lo esencial: la tranquilidad, la familia y el contacto con la naturaleza. Su diseño simple, pero sofisticado, la convierte en un espacio ideal para quienes buscan un hogar en equilibrio con el entorno. Un refugio que invita a desconectar, recargar energías y disfrutar de la belleza del semidesierto de Guanajuato.